domingo, 23 de diciembre de 2007

Fito y Fitipaldis.


El pasado viernes 21 Fito visitó la capital murciana en el que ya era el cierre de la gira de su último disco "Por la boca vive el pez". Para esta ocasión además se hizo acompañar de Quique González con su aristocracia del barrio. Toda una excusa para que los "jamaos" de con elegancia se reunieran, se tomaran unos copazos y disfrutaran de un buen concierto. Así nos deleitó Quique con una propuesta ligeramente distinta de aquella que nos relató Víctor en una de las últimas entradas. Si aquella vez, aprovechando que el concierto se celebró en el auditorio, optó por un set más acústico e íntimo acorde con el recinto, esta vez se decidió como era esperar por un concierto más eléctrico para mover a la muchchada congregada. Y para qué os voy a engañar, poco más os puedo contar, porque llegué en los tres últimos temas y poco me dio tiempo a ver. Aunque eso sí, disfruté de "Vidas cruzadas" que es un temazo bastante recomendable.


En cuanto a los fitipaldis, sin duda es un fenómeno digno de estudio. El caso es que Fito ideó este proyecto con la intención de tener un grupo con el que dar un poco de salida a sus inquietudes musicales, las mismas que no tenían cabida en un grupo como Platero y Tú. El primer disco, "a puerta cerrada" fue exactamente eso, un disco bastante acústico con muy buenos temas todos en una dirección muy bien definida. Un disco que sonaba a a bar, a sala de conciertos pequeñita.

Ese era el espíritu de fitipaldis, un grupo que había de ser algo más pequeño que Platero. Como una especie de vía de escape de ese rock urbano que taanto caracterizaba a los de Bilbao. Desde ese primer disco (que ya vendió más de lo que el propio Fito esperaba), se sucedieron diversos trabajos del grupo ya con Platero y Tú separados y totalmente fuera de la escena musical. El sonido de fitipaldis evolucionó algo pero manteniendo esa filosofía de rocanrol clásico con algunas influencias de blues. A partir del tercer disco quizá se produjo un ligero cambio en el sentido de que sus temas empezaron a sonar en radiofórmulas con el consiguiente enfado de los sectores más puristas del rock que tardaron poco en tacharle de vendido, desgraciado y yo creo que no lo acusaron de matar a Keneddy porque ya era rizar el rizo. Además, a todo esto, el Fito llenaba cada vez más, salía por la tele, en periódicos y cuentan que hasta en la sopa del cocido. Sin embargo esa opinión de los ortodoxos rockeros calimocheros no es, desde mi punto de vista, justa. Porque al fin y al cabo, Fito hacía lo que a él le gustaba, seguía haciendo buena música y había evolucionado en cuanto a letras, supongo que habría madurado. No sé. La cosa se fue magnificado bastante hasta que a día de hoy, sus conciertos son un espectáculo que incluye pantallas gigantes con vídeos y toda una parafernalia en la que hasta el técnico de guitarras se marca un baile funky en plan discotequero que merece la pena verlo.


Bueno, pues objetivamente, el viernes Fito dio un señor concierto. con un sonido impecable y con una banda acojonante ( nueva incursión de acordeón y teclado incluída). Se tocó todos los temas esperados por la gente y se dejó la piel en el escenario. Ahora divide sus conciertos en, grosso modo, 3 partes. Una eléctrica para empezar con fuerza, otra intermedia acústica y una tercera en la que vuelve a agarrar la eléctrica para dejar a todo el mundo fuera de sí. Para los bises se nos pone más tierno y elige la genial "Abrazado a la tristeza". Pero, os voy a destacar algunos de los temas que bordó el viernes en La Condomina.


"Qué divertido". Es mi canción preferida fitipaldesca y en directo es una delicia. Por algo la sigue tocando después de tanto tiempo.


"Soldadito marinero". La alargó bastante para que la gente cantara y se lo pasara pipa. También bordada de cabo a rabo .


"Cerca de las vías". La tocó con Quique González y fue, en una palabra, emocionante.


"Rojitas las orejas". La verdadera canción emblema de Fito, una canción eterna. Una joya imperecedera.


Y eso, que será todo lo que queráis. Seguro que sí, pero es un musico increíble y si antes era un calimochero y ahora vive en un chalé con jacuzzi pues que lo disfrute. Yo lo que quiero es escuchar sus discos.


Saludos cremosos.



2 comentarios:

Anónimo dijo...

Estando de acuerdo en lo que dices acerca del músico, he de decir que me llevé un poco de desilusión. Cuando vimos (los mismos por cierto que estuvimos el viernes en la Condomina)a Fito, hace unos 3 años en el Cuartel de Artillería, fue otro concierto, más divertido para mi gusto, más auténtico, sin parafernalia, el grupo y él. En este último... no se, no me sentí tan agusto, tal vez el estadio, tal vez tanta gente, no se... Reconociendo que hubo temas que se marcó con estilazo, que flipé con Carlos Raya y que a mi también me moló el disco stú.
Y Quique, versiones lentas de canciones que ya son lentas, pero aún así, me encanta.

Ato dijo...

Simplemente Fito es fito, contra mas gente te escuche mas vendio eres, esa es la filosofia ignorante de la masa, que no viene a ser mas que un cabreo para no aceptar que "fito ya no solo lo escuchas tu, ya no es solo tuyo" una verguenza de pensamiento, en fin.
Sobre Fito...que voy a decir, de los musicos mas admirados por mi, hace lo que quiere y lo hace bien, siempre le visto humilde y tube el placer de charlar con el brevemente en un bar de Bilbao, ese tipo de personas autenticas cuando bajan de un escenario me encantan.
Sin duda, Fito merecia un hueco entre los "elegantes" de este espacio.